El ritual del automasaje
Busca un espacio tranquilo y crea el ambiente donde estés a gusto, pon música, una meditación guiada que te guste o simplemente escucha el silencio, enciende una vela… Es importante que, aunque sean 5 minutos, sean solo para ti.
Ponte dos gotas de aceite en las palmas y muñecas, respira su perfume con los ojos cerrados, nota cómo el aroma entra en tu interior, observa las sensaciones que se despiertan en tu cuerpo, los pensamientos o recuerdos que te evoca el perfume.
Seguidamente, ponte unas gotas más en las manos y hazte un ligero masaje circular en la zona del plexo solar, corazón, pecho, cuello, nuca, hombros y brazos. En estos puntos, es donde más acumulan las tensiones, estás ayudando a que la energía más cercana a tu cuerpo se desbloquee y purifique.
Siente como los aceites ya han empezado a entrar en tu cuerpo y expanden todos sus beneficios, aprende a escuchar tu cuerpo y dejarte llevar por los sentidos.
Aprovecha estos momentos para repasar tu día, sin juzgarte ni juzgar, sin preocuparte por nada ni por nadie, recuerda lo que te ha hecho sentir bien, deja ir lo que tienes que perdonar o perdonarte y revive mentalmente tus sueños y deseos.
Estos instantes son tuyos, para cuidarte, para conectar con tu esencia y recordar quién eres en realidad.
Permite que el perfume te rodee completamente y te proteja, deja que te lleve a lugares donde sólo encuentres calma y bienestar.
Puedes escoger una libreta que te guste y escribir cómo te sientes durante estos instantes, qué pensamientos tienes, cuáles son tus sueños, … has empezado un proceso muy bonito, el de cuidarte y reconocerte, seguro que de aquí un tiempo, te gustará leerte.
¡Enhorabuena por permitirte momentos de calma, cuidarte y querer reencontrarte!
